Control y Prevención del Fraude Alimentario (Food Fraud)

Establece que las empresas deben cumplir requisitos específicos de gestión del fraude alimentario: identificar y evaluar la vulnerabilidad al fraude, definir medidas y controles en un Plan de Mitigación, revisar y mejorar periódicamente ese plan y demostrar documentalmente ese control dentro de su sistema de seguridad alimentaria.

Es una acción normalmente intencionada y con ánimo de lucro en la que se fabrican o comercializan alimentos no auténticos, que no poseen las características, propiedades, calidad o cantidad indicadas, con la intención de engañar al consumidor o a algún eslabón de la cadena alimentaria.

En el curso se agrupan en dos grandes tipos: fraudes clasificados según la naturaleza del engaño (adulteración, sustitución, falsificación, etiquetado engañoso, etc.) y fraudes clasificados según sus consecuencias, analizando distintos casos reales en España y Europa.

Se considera fraude alimentario cualquier práctica que altere o presente de forma engañosa un alimento o ingrediente (falsificación, adulteración, omisión o manipulación de información en el etiquetado) de forma intencionada para obtener un beneficio económico, provocando pérdida de confianza y posibles riesgos para la salud del consumidor.